sábado, 12 de junio de 2010

Y que tal si me tiendes la mano y me agarras muy fuerte el corazon otra vez?

Es casi ley, los amores eternos, son los mas breves..


Quedas Solo Tú..

Ansiedad y litros de lluvia taladrando dudas y ganas.
Volvía a tener en sus manos su destino. Billete de primera. Sin norte ni sur.

Llegó a la húmeda ciudad sin avisar, una sorpresa y de las arriesgadas. Todo o nada.

Así era ella.
Poco equipaje y muchos nervios en el bolso, gris, grande y el único testigo de esta locura. Tan necesaria como deseada.
Sin más horizonte que su nombre, se lanzó a las aceras empapadas, dejando atrás papeleras llenas de paraguas rotos, el suyo sin ir más lejos.
Camino ligero, parada premeditada y tiempo para marcar su número. Arriesgando, sin datos ni certezas, con la duda como única seguridad.
3 intentos y lo consiguió. Su voz suena temblorosa, dubitativa al otro lado de la linea. Tuvieron un lapsus de ausencia. Los kilómetros que tanto dañan, pero ahora ella estaba allí, en su ciudad y esperándole.
Olvidando miedos, quedan una vez más , como hacia meses..
Timidez inicial con sabor a café y de fondo lluvia agitada.

Ella sacudió el abrigo verde con paciente letanía y se sentó murmurando:
-“estoy empapada, esta lluvia es mortal_”
_”ya me gustaría”- pensó él en silencio.
Divagar sobre la nada y el frío. Gestos para llamar la atención. El tiempo era el enemigo. Su tren volvía a salir en unas horas. Ella se acariciaba el pelo mirándole fijamente y él encendía el cigarrillo sin apartar la vista de la chica.
Risas y un _“esperame a que salga del trabajo”_ en voz alta restaban importancia a un “te esperaría siempre” callado y anestesiado.
Los minutos volaban y el viento traspasaba su ropa. Impaciente le reencuentra esta vez en la puerta de la catedral. Saben que no tienen mucho tiempo y el ansia sigue en aumento.
_”te llevo a la estación” – se ofreció generosamente él, al salir del restaurante.
_”a la estación de mi deseo”_vuelve a callarse ella

En el coche, frente al destino que les separaría se miran. Se entienden.
Susurros de besos en sus oidos. Comenzó a sentirse arrullada por sus sabias manos. Se dejó llevar.
Una suave humedad se esparcía en su interior y sus labios murmuraban ansia y fuego.
Sus ojos se clavaban en los de él, invitando, invadiendo y el fuego extendiéndose.
Imágenes de besos trepando por su cuello, descendiendo por sus piernas y tal vez descansando en su pecho.
Se sorprendió presa de su boca, su lengua adentrando en espacios reducidos. Descrubrió su hambre empujándola a llenarse con sus sabores.

A dejarse invadir.
Olvidaban donde estaban, en el interior de un viejo coche gris, frente a la estación. Como aliada la inagotable lluvia restando lucidez a cualquier mirada ajena.

Besos acortando inseguridades. Más lluvia. Y al final, derrotados en el cuerpo del otro, corazones desbocados, tratando de recobrar su identidad. De repente el mundo comenzó a materializarse poco a poco, al mismo ritmo

que sus respiraciones volvían a la calma.
El tren apunto de salir, solo faltaba ella..

(Lara)

"Solo las pasiones,
las grandes pasiones, pueden elevar el alma de las grandes cosas"

(diderot)

3 comentarios:

  1. Un instante puede ser perfecto. Tal vez un solo instante puede dar sentido a TODO lo demás...

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  2. ..porque los amores fugaces..son imperecederos...

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  3. Solo los cobardes se identifican como prudentes, tan solo del arrojo y la osadía se ganaron las grandes batallas, el factor sorpresa siempre puede convertirse en un arma de doble filo...pues en estos menesteres puede levantar un muro de metacrilato entre tu mirada y la suya.
    Pero la valentía tiene sus pequeñas recompensas, y en ocasiones, también las grandes.

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